Lago Basum | Joya Alpina Escondida en Nyingchi, Tíbet – Destino Turístico Nacional Clase 5A

Lago Basum – La “Pequeña Suiza del Tíbet”|Un paraíso oculto entre montañas nevadas, lagos esmeralda y templos sagrados
Conocido como la “Pequeña Suiza del Tíbet”, el Lago Basum (también llamado Basong Tso) se encuentra en la región de Nyingchi, a más de 3.700 metros sobre el nivel del mar. Este asombroso lago de origen glaciar combina montañas cubiertas de nieve, bosques alpinos vírgenes, cascadas, praderas, reliquias culturales y templos budistas milenarios en un entorno natural que parece salido de un cuento de hadas.

El sitio ha sido declarado Parque Forestal Nacional de China y reconocido por la Organización Mundial del Turismo como un destino turístico de clase mundial. Además, es considerado un auténtico paraíso para los amantes del senderismo, gracias a su biodiversidad, tranquilidad y rutas poco transitadas.

Las aguas tranquilas y cristalinas del lago descansan a los pies de glaciares y montañas nevadas. Los reflejos de los picos sobre la superficie crean un paisaje visualmente impactante, casi irreal. Lo más fascinante es que aún no ha sido invadido por el turismo masivo, lo que lo convierte en un verdadero destino escondido del Himalaya.

Durante el otoño, los bosques y colinas se tiñen de colores vibrantes, lo que convierte al lugar en un sueño para los fotógrafos. Para obtener la mejor vista de la Isla Tashi, en el corazón del lago, se recomienda subir por el sendero detrás del resort Basum. Desde lo alto, se puede apreciar cómo la isla se asemeja a una joya esmeralda flotando sobre las aguas verde jade del lago.

En la isla se encuentra el Monasterio Tsodzong, un santuario sagrado de la escuela Nyingma del budismo tibetano, rodeado de antiguos árboles de durazno y envuelto en leyendas. Durante el trayecto hacia el lago, los visitantes también pueden disfrutar de los paisajes del Valle del río Niyang, con sus bosques vírgenes, pastizales alpinos y rebaños de yaks y ovejas bajo los picos nevados — una postal viva del Tíbet profundo.

El Lago Basum, ubicado en Nyingchi, Tíbet, es un lago sagrado y lugar de peregrinación de la escuela Nyingma (secta roja) del budismo tibetano. Con una longitud de unos 18 km, una superficie de 27 km² y una profundidad máxima de 120 metros, se encuentra a una altitud de 3.480 metros, lo que lo convierte en uno de los grandes lagos más bajos del Tíbet. Rodeado de densos bosques y con un alto contenido de oxígeno, rara vez causa mal de altura, lo que lo convierte en un destino ideal para todo tipo de viajeros.

El Lago Basum es un paraíso natural que combina montañas nevadas, lagos alpinos, bosques vírgenes, cascadas, praderas, reliquias culturales y antiguos templos budistas. Gracias a su belleza cambiante y su rica biodiversidad, es conocido como la “Pequeña Suiza del Tíbet.” A diferencia de otros lagos sagrados tibetanos, el Lago Basum (también llamado Lago Cuogao, que en tibetano significa “Tres Rocas, Tres Lagos”) está completamente rodeado por un espeso bosque virgen. Tal como sugiere su nombre, el agua del lago es de un verde jade claro, puro y sin impurezas. Es tan transparente que se pueden ver bancos de peces nadando a 2 o 3 metros de profundidad. Montañas verdes y picos nevados enmarcan el paisaje, y el reflejo de las cumbres en el agua crea una escena majestuosa e infinita.

En la isla Tashi, ondean coloridas banderas de oración tibetanas alrededor del encantador Monasterio Tsodzong (cuyo nombre significa “castillo en el lago”). Este templo pertenece a la escuela Nyingma (secta roja) del budismo tibetano, está dedicado al maestro Padmasambhava y cuenta con más de 1.500 años de historia, rodeado de leyendas espirituales.

Recorriendo la isla en el sentido de las agujas del reloj, se descubren reliquias mágicas: huellas del caballo de guerra del Rey Gesar, marcas de espada grabadas en piedra, el Árbol del Melocotón que abraza al Pino, un antiguo altar de entierro acuático, el “Árbol de las Letras”, cuyas hojas tienen caracteres tibetanos naturales, y la fuente sagrada donde Padmasambhava lavó su rostro — un sendero lleno de milagros en cada paso.

Los habitantes locales abren sus puertas con hospitalidad genuina. En el interior, hay hogares tradicionales, ollas de piedra y aluminio, luces colgantes hechas con pino de alta montaña, y madera de roble tibetano, tan usada que el techo ha quedado ennegrecido por el humo.
En la mesa se sirven platos como cerdo tibetano criado al aire libre, pan de cebada cocido sobre piedra, pollo con setas matsutake, pescado del río Ba, fideos de cebada, y el tradicional vino de cebada tibetano (chang).

Entre flores y árboles, se ocultan casas tranquilas que parecen jardines privados. Despertar junto al Lago Basum, en una habitación con vistas a la montaña, es abrir los ojos y tener ante ti las cumbres nevadas — una felicidad silenciosa y verdaderamente lujosa.

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