Hoy llegas a Lhasa, conocida como la “Ciudad del Sol”. Tu guía tibetano te recibirá calurosamente con una tradicional khata, una bufanda blanca que simboliza pureza y bendiciones. De camino al centro de la ciudad, cruzarás el Puente del Río Lhasa, donde un paisaje totalmente diferente al del interior de China comenzará a desplegarse ante tus ojos: cielos despejados, aguas azul profundo y banderas de oración ondeando al viento. Finalmente has llegado a la ciudad sagrada con la que tanto soñabas. Tras registrarte en el hotel, descansa para aclimatarte a la altitud.
Lhasa es la capital de la Región Autónoma del Tíbet y su centro político, económico y cultural. Esta ciudad antigua y misteriosa es también un centro espiritual del budismo tibetano, con un profundo legado histórico, tradiciones religiosas vivas y paisajes naturales imponentes.
Ubicación geográfica
Lhasa se encuentra en el suroeste de China, al sureste de la Región Autónoma del Tíbet, en la parte alta del río Lhasa, afluente del Yarlung Tsangpo (río Brahmaputra). Su altitud promedio es de aproximadamente 3.650 metros, lo que la convierte en una de las ciudades más altas del mundo.
Historia y cultura
Famosa por sus paisajes pintorescos, su larga historia, costumbres únicas y profunda espiritualidad, Lhasa ha sido reconocida con numerosos títulos: “Ciudad Turística Excelente de China”, “Ciudad Favorita de los Turistas Europeos”, “Ciudad Civilizada Nacional”, “Ciudad Más Segura de China”, y ha sido incluida entre las “200 Ciudades con Más Encanto del Mundo” y las “100 Ciudades Imperdibles de China en 2018”.
Lugares turísticos
Lhasa alberga numerosos sitios históricos y religiosos. El Palacio de Potala, el Templo de Jokhang y el Palacio de Norbulingka están inscritos como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Otros lugares destacados incluyen el Monasterio de Drepung, el Monasterio de Sera, el Templo de Ramoche, el Parque Zongjiao Lukang, las Tumbas de los Reyes Tibetanos, el Monasterio de Chubu, la Gran Mezquita de Lhasa, las Ruinas de Qugong, el Museo del Tíbet, el Monte Yaowang, y el conjunto de monasterios de la escuela Drigung Kagyu. Las principales zonas comerciales son la calle Barkhor, la calle peatonal Yutuo y los Grandes Almacenes de Lhasa.
Gastronomía local
En Lhasa, comienza el día como un local con un tazón de fideos tibetanos y una taza de té dulce. Al recorrer las calles, verás con frecuencia puestos de liangfen (fideos fríos de gelatina), ya sea en tiras o en pasta. Se sirven con ajo, chile y otros condimentos, formando una comida sencilla pero sabrosa.
En las primeras horas del día, muchos tibetanos también beben el tradicional té con mantequilla de yak, una bebida salada hecha con té negro, mantequilla y sal, ideal para calmar el hambre y mantenerse caliente. Otro alimento básico es el tsampa, preparado con harina de cebada tostada mezclada con té de mantequilla. La cebada tibetana es el principal cultivo del altiplano y un pilar fundamental de la dieta local.