Lago Rakshastal (Lago Fantasma): el lado oculto del Tíbet occidental
El nombre “Lago Fantasma” deja una impresión inolvidable. En tibetano, Rakshastal significa “lago negro y venenoso”, un nombre que encierra un aura de misterio y espiritualidad. Según la cosmovisión tibetana tradicional, tanto las montañas como los lagos sagrados están habitados por espíritus y energías sobrenaturales.
Junto al sagrado y sereno Lago Manasarovar, el Rakshastal representa su contrapartida oscura. Originalmente formaban un solo cuerpo de agua, pero con el tiempo, debido a cambios climáticos y movimientos geológicos, se separaron. Hoy, aunque comparten el mismo cielo y clima, sus características son totalmente opuestas.
El Manasarovar es un lago de agua dulce, clara y dulce al gusto, símbolo de pureza y vida. En cambio, el Rakshastal es un lago salado, de aguas amargas, sin casi flora ni fauna, lo que le ha valido el apodo de “lago de los demonios”. Uno es considerado el “lago de los ángeles”; el otro, el “lago de los fantasmas”.
Este contraste dramático refleja la dualidad entre luz y oscuridad, cielo y infierno, que está profundamente arraigada en la espiritualidad tibetana y convierte a Rakshastal en un lugar de reflexión, respeto… y misterio.