Monasterio de Ganden | Cuna espiritual de la escuela Gelug del budismo tibetano

Monasterio de Ganden: La Ciudad Celestial del Budismo Tibetano

Construido en la ladera de la montaña, el Monasterio de Ganden se eleva en capas de templos, colegios y viviendas monásticas, formando una auténtica «ciudad celestial». Como el principal de los Seis Grandes Monasterios de la Escuela Gelug (Secta de los Gorros Amarillos), se ubica en el condado de Dazi, a 47,4 km del Palacio Potala. Los monjes estudian escrituras y debaten con pasión—¡no te pierdas sus intensas discusiones vespertinas! Un kora (camino de peregrinación) rodea el monasterio, ideal para caminar en meditación. Al atardecer, los cánticos de los monjes lo convierten en el «Hogwarts del Tíbet».

Monasterio de Ganden: La Cuna Sagrada de la Escuela Gelug

El Monasterio de Ganden, nombre completo «Ganden Namgyal Ling» (también llamado Monasterio de Gadan), se alza en la cima del Monte Wangbur, en la orilla sur del Río Lhasa, a 57 km del centro urbano y a 3.800 m de altitud. Fundado en 1409 por el gran maestro Tsongkhapa durante la dinastía Ming, es uno de los monasterios fundacionales de la Escuela Gelug y forma, junto con Sera y Drepung, los «Tres Grandes Monasterios de Lhasa».

Patrimonio arquitectónico y artístico del Monasterio de Ganden
El Monasterio de Ganden abarca una superficie construida de aproximadamente 30.000 metros cuadrados. Su edificio más imponente es la Sala Principal de Asamblea (Tsokchen), que cuenta con 108 columnas y más de 1.600 metros cuadrados, con capacidad para más de 3.000 monjes recitando textos sagrados al mismo tiempo.

Los dos colegios monásticos, Shartse Dratsang y Jangtse Dratsang, también son de gran tamaño, con unos 1.000 metros cuadrados cada uno. En su interior se pueden apreciar murales y estatuas budistas tibetanas de gran valor artístico y espiritual.

Otro templo destacado es el Yamabang, dedicado a la deidad protectora del monasterio. La pared trasera del templo está formada por una enorme roca natural, conocida como la «Piedra Voladora», que según la leyenda, habría volado desde un lugar sagrado en la India llamado Pozo de Yamba, lo que dio origen a su nombre.

Se cree que los murales del templo Yamabang fueron pintados por Khedrup Je, el discípulo más destacado de Tsongkhapa y fundador del célebre Monasterio de Tashilhunpo en Shigatse. Khedrup Je fue posteriormente reconocido como el Primer Panchen Lama, además de ser un renombrado artista. Su estilo se caracteriza por líneas fluidas y colores suaves y elegantes, siendo un ejemplo representativo del arte mural tibetano de la época Ming.

Se dice que este templo también albergó una armadura imperial incrustada con gemas, un regalo del emperador Qianlong de la dinastía Qing, con inscripciones en chino, tibetano, manchú y mongol. Esta pieza es un testimonio único de los lazos históricos entre el budismo tibetano y la corte imperial china.

A pesar de los cambios inimaginables que ha atravesado a lo largo de la historia, el Monasterio de Ganden conserva intacta su esencia espiritual. Los cánticos sagrados aún resuenan entre las majestuosas montañas, generando una armonía profunda entre naturaleza y fe. Hace siglos, el Maestro Tsongkhapa fundó este monasterio principal de la tradición Gelug en el altiplano tibetano, decidido a establecer una disciplina monástica estricta. Al ascender las escarpadas montañas junto al valle del Lhasa, la riqueza del paisaje y su firme devoción se fusionaron en un símbolo de práctica espiritual. Hoy, Ganden es un destino imperdible para viajeros espirituales y amantes de la cultura tibetana.

Es precisamente este acantilado que se alza sobre el sereno valle lo que encierra la esencia de la misión reformadora de la escuela Gelug. El camino del practicante es como caminar por las majestuosas cumbres del Monte Wangbori: un solo paso en falso puede llevar a un abismo. Solo quien toma la disciplina como guía puede alcanzar la realización espiritual. Quizás esta fue la razón por la que el Maestro Tsongkhapa eligió este lugar: para que los monjes, al contemplar la naturaleza imponente, recordaran constantemente la importancia de la autodisciplina. El Monasterio de Ganden es hoy una fusión sublime entre naturaleza y fe, una parada esencial en el viaje espiritual por el Tíbet.

A lo largo de su historia, el Monasterio de Ganden ha soportado numerosas adversidades. Durante la Revolución Cultural fue gravemente destruido, pero a partir de 1980 el gobierno chino destinó importantes fondos para restaurar sus estructuras principales, como el salón de oración, las estupas y los alojamientos de los monjes. El 4 de marzo de 1961, Ganden fue declarado por el Consejo de Estado como una de las primeras unidades nacionales de protección de reliquias culturales. Hoy en día, sigue siendo un sitio religioso clave del budismo tibetano y un valioso patrimonio cultural que atrae a miles de peregrinos y viajeros.

El Monasterio de Ganden, en el Tíbet, posee un inmenso valor histórico, cultural y artístico. Tanto si eres un estudioso del budismo tibetano como si eres un viajero amante de la historia y la cultura, este destino es absolutamente imperdible. En Ganden, se puede experimentar de forma auténtica la profundidad espiritual y el encanto único del budismo tibetano.

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