La Calle Barkhor, también conocida como “Calle Bajiao”, es una parada imprescindible en Lhasa. La calle rodea el Templo Jokhang, un santuario de más de 1.300 años que ocupa un lugar central en el budismo tibetano.
Frente al templo, miles de peregrinos se postran en oración, llenando por completo la plaza. Es un lugar donde se respira la devoción espiritual y la esencia viva de la cultura tibetana.